La habilidad en matemáticas es una característica cognitiva compleja que difiere mucho entre las personas. Si bien algunas personas son naturalmente buenas en aritmética, a otras les puede resultar difícil. Esto ha llevado a los científicos a investigar las causas subyacentes de estas variaciones individuales. Este artículo académico tiene como objetivo investigar las bases neuronales del fenómeno por el cual algunas personas exhiben más habilidades matemáticas que otras. Nuestro objetivo es desentrañar las intrincadas interacciones que influyen en la aptitud matemática combinando la investigación genética, conductual y de neuroimage.
La base neurológica de la capacidad matemática se ha comprendido mejor gracias a los recientes avances en métodos de neuroimage como la imagen por tensor de difusión (DTI) y la resonancia magnética funcional (fMRI). Las investigaciones han demostrado repetidamente que ciertas regiones del cerebro, como el hipocampo, la corteza parietal y la corteza prefrontal, están relacionadas con el pensamiento matemático. Las disparidades individuales en las habilidades aritméticas se han relacionado con variaciones en la conexión y organización de estas áreas.
Las variaciones individuales en la destreza matemática también están influenciadas en gran medida por variables genéticas. La aptitud matemática tiene una heredabilidad importante, según estudios sobre gemelos, con estimaciones que oscilan entre el 30% y el 70%. Se han encontrado numerosos marcadores genéticos relacionados con el rendimiento en matemáticas a través de investigaciones de genes candidatos y estudios de asociación de todo el genoma (GWAS), lo que indica una base poligénica para esta característica.
La resolución de problemas matemáticos depende en gran medida de procesos cognitivos que incluyen la memoria de trabajo, la atención y las funciones ejecutivas. Las disparidades en el rendimiento matemático se explican en parte por variaciones en estas capacidades cognitivas. Una mejor capacidad de memoria de trabajo, por ejemplo, puede permitir a las personas desempeñarse mejor en trabajos que implican cálculos complejos o resolución de problemas.
Las habilidades matemáticas también están determinadas por variables ambientales, como la posición socioeconómica, las oportunidades educativas y las influencias culturales. Se pueden mejorar las habilidades matemáticas mediante la exposición temprana a conceptos matemáticos, el acceso a una educación de alta calidad y un entorno de aprendizaje enriquecedor. Por otro lado, las variaciones en las oportunidades educativas provocadas por la desigualdad socioeconómica pueden tener un impacto en la capacidad matemática.
Las trayectorias de desarrollo de los talentos matemáticos se han seguido a través de estudios longitudinales, que han demostrado que el dominio matemático temprano es indicativo de éxito posterior. Los factores tempranos del desarrollo matemático pueden tener un impacto duradero en la aptitud matemática de un individuo. Ejemplos de estos factores incluyen la exposición a ideas numéricas e intervenciones educativas.
Las variaciones individuales observadas en la capacidad matemática son el resultado de una combinación de variables cognitivas, genéticas, neurológicas y ambientales.